Reforma y renacimiento: de la incertidumbre a las acciones concretas
Las crisis como momentos de oportunidad y desarrollo
Lo importante de las crisis-si es que se quiere salir de ellas-es la estrategia que se debe emplear para que cese el factor que llevó a ese problema en primer término.
Algunos son pragmáticos, otros más sistematizados, con el FODA, las consultorías administrativas y un sinfín de técnicas de administración modernas, sin embargo, la figura de liderazgo va forjando el camino a seguir, de ahí la importancia de que sea una persona resiliente y capaz de no cruzar los brazos ante la adversidad.
En el período comprendido entre los años 1380 a 1566, la Orden se reinventó (de lo contrario habría desaparecido o el espacio que ocupó en la historia no hubiese sido tan favorable para la misma), comienza con la elección de fray Raimundo de Capua, quien sería auxiliado por la insigne santa Catalina de Siena.
Entre los siglos XIV y XV, se produjeron invasiones relativamente exitosas por parte de turcos pérfidos, quienes destruían el patrimonio histórico y cultural de los pueblos y naciones conquistados, por lo que ciertas obras greco-bizantinas se trasladaron a Europa, produciéndose una helenización del conocimiento dentro de las distintas disciplinas del Viejo Continente, estudiándose a Dios y al ser humano desde otra perspectiva.
Aunque con pena, corresponde acotar el tema relativo a la venta de indulgencias por parte de la Iglesia Católica Romana, generando una antinomia: mientras que en América el esfuerzo evangelizador era tremendo y no en pocas ocasiones sumamente arriesgado (conflictos bélicos, enfermedades, shock cultural, solo por decir algunos), en Roma y sus inmediaciones había corrupción política, económica y religiosa rampante, en yuxtaposición con el mensaje de sencillez (no tanto de renuncia completa) de Nuestro Señor Jesucristo, se dio un fenómeno que duele hasta nuestros días: el quiebre casi irreconciliable de la Iglesia visible de Dios.
Dentro del todo el caos, Dios dice: ¨hágase la luz¨
Con el deseo de ampliar el alcance de la iglesia de Dios, ampliar las rutas del comercio mundial y su influencia económica y social alrededor del mundo, la Corona española decide efectuar viajes a las ¨Indias¨ (que resultarían ser el Nuevo Mundo, América), liderizados primeramente por el genovés Cristóbal Colón, quien emprendería. con sus aciertos y errores, un proceso masivo de evangelización al nuevo mundo, resultando en un contrabalance entre las conversiones provocadas por la reforma de Lutero, Calvino y Zuinglio (la Reforma protestante), que supuso la pérdida de fieles y prestigio a la iglesia de Roma.
Producto de esta interacción, el conflicto armado entre distintos grupos indígenas y las enfermedades (tos ferina, sarampión, viruela, tifus y tuberculosis, por decir algunas) a las que los europeos estarían adaptados, pero los nativos no, tuvo lugar una suerte de genocidio biológico de hasta el 90 porciento de su población.
Dentro de todo esto, la labor evangelística se llevó a cabo en la medida de lo posible. Según datos históricos, los primeros dominicos arribaron a Nueva España el 23 de junio de 1526, desembarcando en Veracruz.
Espiritualidad española
Producto de la helenización del conocimiento que ya mencioné, floreció el pensamiento primigenio de los ideales sobre los derechos de las personas, con su natural humanismo y preocupación por la persona como sujeto de derechos, aunque de una manera muy limitada, pero las raíces ya se echaron, lo que poco a poco llegaría a ser lo que hoy conocemos como Derechos Humanos.
Producto de la austeridad propuesta por San Francisco de Asís, sus seguidores fundaron monasterios dedicados a la oración y de cierta forma, la contemplación en el encierro, cosa que los dominicos imitaron con la construcción de estas casas, mas no en lo contemplativo, ya que la misión era predicar, no permanecer en el convento/monasterio.
Innovación
Al cierre del Concilio de Constanza (1414-1418), se hizo especial énfasis en que las órdenes religiosas se enfocaran y practicasen su espiritualidad adecuadamente, lo que provocó el denominado movimiento de la observancia, que buscaba dar nuevo ímpetu al trabajo espiritual de cada uno, según su carisma y visión, cosa que la Orden ya venía haciendo desde hacía un tiempo atrás.
Producto del malestar generado en las crisis pasadas y con ciertas lecciones aprendidas, fue difícil unirse y crear OR (órdenes religiosas) nuevas, surgiendo en el siglo XVI los denominados Escolapios, surgiendo de ahí en adelante y hasta el siglo pasado, una distinción entre OR y Congregaciones, las cuales, al final, actuaban en un mismo sentido, aunque su modo y manera de creación fuesen distintas.
Los jesuitas y la renovación de las ORs
La orden fundada por San Ignacio de Loyola fue más allá, llevó su espiritualidad a la acción y fusionó el hacer y predicar como un todo, siendo esta (junto con nosotros los dominicos), una de las ORs de mayor rigor en cuanto a intelectualidad se refiere.
Producto de esto, muchas órdenes se adaptaron a esta nueva realidad, salir, hacer misión (dentro de lo que su disciplina permitiese) resultando en una importante reforma dominica, la cual se habría de ejecutar con anterioridad, pero que no se llevó acabo en razón del Cisma de Occidente y el problema de Aviñón.
A la Orden se ele permitió mantener sus rentas e ingresos, a fin de que los conventos no quedasen en el abandono por falta de ingresos, dado que las limosnas les serían insuficientes, por otro lado, los priores provinciales iban animando a los no reformados a que tomasen pasos ligeros, tendientes a la reforma que ya era una realidad.
Estas reformas hicieron bien desde la óptica de las finanzas, la espiritualidad y reencaminaron a la orden a un período de gloria y expansión, recuperando lo que se perdió a causa del conflicto religioso en Escandinavia.
Estudio incesante
El movimiento de la observancia, al tener poca influencia en la orden de Santo Domingo, no hizo más que profundizar en este pilar de la orden, estos serían los pininos del aporte dominico al Concilio de Trento, así también la Escuela de Salamanca, la imprenta también facilitó la expansión de la doctrina apropiada, basada en los escritos de Santo Tomás de Aquino.
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