Tercera reflexión: Mi camino hacia la Orden Anglicana de Predicadores

 Un primer paso: de la acción a la contemplación

Como mencioné en una primera intervención, comencé a asistir a los oficios anglicanos en una congregación cerca de mi casa, en el 2014. Dicha entrada y subsiguiente incorporación de mi persona al quehacer anglicano suscitó en mí diversas interrogantes: 

  1. ¿Qué es la catolicidad de la iglesia en la visión anglicana?
  2. ¿Cómo identificar el llamado que Dios tiene para mí?
  3. Aparte de lo doctrinal, ¿qué más puedo hacer para dar a conocer a Nuestro Señor Jesucristo a mis semejantes?

Un segundo paso: de la contemplación a la disciplina precisa y concentrada

En un intento de responder, paso a paso, estas interrogantes, hice algo a lo que estoy acostumbrado desde hace tiempo: estudiar, estudiar y seguir estudiando, sea porque mi profesión secular así lo exige (derecho), y a su vez, el descubrimiento de la verdad se da por fuerza del estudio y piedad, cuya sabiduría es provista por Dios (Santiago 1:5).

En esa petición de sabiduría, el Señor va abriendo caminos; las olas se aquietan, el clima pasa de incómodo a grato y la tormenta va cediendo, para despejar la vista hacia las cosas de Dios, así ha sido en mi caso, como en la situación de millones de personas más.

Un tiempo después, me enteré de que la Comunión Anglicana (producto del Movimiento de Oxford), mantiene la vida monástica en sus diversas órdenes, para el caso de América Central, es producto de la influencia de la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos (ver aquí); en esa búsqueda, observé a la Orden Anglicana de Predicadores, pero no le presté mayor atención en su momento.

Identificando lo que quiere Dios para mí

Siempre me atrajo la vida consagrada y la sacerdotal, siento que Dios me llama a ambas cosas, pero desde enero del presente año, con la dirección de fray Rafael Zorrilla O.P., me adentré mediante el estudio somero, a la vida de la orden.

En agosto de este año, comencé la formación a la vida de esta orden, en donde, hasta la fecha de publicación de la presente, he tratado de construir una disciplina en cuanto al estudio de las Escrituras se refiere, dedicándole por lo menos, 1 hora diaria a la lectura de la Biblia, en su forma y fondo, así también rezo la Oración Matutina y Completas, contenida en el Libro de Oración Común, así también otras devociones de corte anglicano, como las del Libro de Oración de San Agustín

Todavía me encuentro en el camino de discernimiento, oración y devoción particular, como es costumbre, seguiré informando al respecto según la tarea asignada.

Santo Domingo de Guzmán y Santa María de Hungría, ¡rueguen por nosotros!


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Los dominicos en el Nuevo Continente y el rosario

Santo Domingo de Guzmán, padre de la Orden de Predicadores

Sobre Santa Margarita de Hungría y Santa Catalina de Ricci